¿Cuál es la respuesta fisiológica de la serpiente tras sufrir una quemadura grave?



Cada animal tiene una temperatura corporal preferente que puede obtener con una temperatura primaria adecuada, y si esta no lo es, veremos a nuestra mascota ubicarse tan solo cerca de la fuente de calor secundaria del terrario, es decir, muy cerca de la fuente de calor principal, pudiendo llegar a quemarse.
Si observamos esta conducta, debemos considerar la posibilidad de crear un gran estrés a nuestra mascota y que además se lesione debido a la cercanía de la fuente de calor, pudiendo sufrir graves quemaduras.
Los focos de calor desprotegidos suelen ser las principales causas de estas quemaduras ya que los reptiles tardan demasiado tiempo en darse cuenta de que se están quemando, debido a su insensibilidad cutánea relacionada a la sensación térmica de calor, produciéndose daños a nivel celular, deshidratación y lesiones muy dolorosas que rápidamente pueden infectarse.


Tras una lesión como puede ser una quemadura de tercer grado, podemos observar que el reptil aumenta su pigmentación, pasando a un color más oscuro. Sin  haber pasado un mes desde la última muda, el color de su piel está más oscuro de lo que es normal, pudiendo ser una respuesta propia del reptil  ya que las cicatrices causan una interrupción en su disposición de escamas, provocando cierto desorden en las mudas.
Los ofidios poseen un cierto dominio neural sobre los melanóforos (cromatóforos de color oscuro), haciendo que sus colores se oscurezcan o se tornen claros. El oscurecimiento de la piel se da cuando  la melanina producida por el cromatócito sale del melanóforo, (estructura que alberga la melanina) y absorbe todas las ondas, reflejando tan sólo colores que van desde el marrón café al negro e impide la reflexión de los otros cromatóforos.
Pero si la melanina está concentrada en los melanóforos, las coloraciones son más variadas debido a que actúan con mayor libertad. Se desconoce el mecanismo de estimulación en estos melanóforos, pudiendo ser causa de la acción combinada de estímulos neurales y hormonales.
Sin embargo la pigmentación es un carácter genético hereditario sujeto a variaciones según las condiciones de vida del animal y su medio ambiente.

La quemadura de tercer grado requiere unos constantes cuidados, tardando más varios meses en cerrarse. 

Las quemaduras deben ser diariamente tratadas, desinfectando previamente con agua oxigenada y yodo y aplicando una pomada posteriormente, debiendo retirar los trozos de piel que van quedando secos, “tejido necrótico”, para poder volver a limpiar bien la herida con agua oxigenada.  Cuando la herida vaya cerrando, aplicaremos talquistina.  El pronóstico es variable en función del tamaño de la lesión y el estrés al que se vio sometido el reptil.
Es muy probable que se acelere el proceso de muda, debido a este tipo de heridas, haciendo que cicatrice antes. (Pero no debemos descuidar su evolución ni un solo día).
No tienen glándulas sudoríparas y para evitar la pérdida de agua, los reptiles tienen en la parte superficial de la piel una capa de células queratinizadas  denominada “estrato córneo”, siendo tejido muerto el de la parte más superficial. Las pocas glándulas de su piel cumplen funciones defensivas o sexuales.
También cuentan con los “cromatóforos” o células pigmentarias, que dan el color a cada especie permitiéndole un perfecto camuflaje. La completa curación de una quemadura de tercer grado puede tardar casi 6 meses en curarse perfectamente

Fijaros en la quemadura de este ejemplar y como el tejido necrótico queda pendiente de ser retirado para una nueva desinfección, y el mismo ejemplar en una foto que muestra el oscurecimiento de su piel como respuesta a la terrible lesión

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